Carta de Amor para mi novio

Para mí Josué

Así es, tu chica, tu novia y algún día esposa te escribió esta carta. Quizás un poco extraño porque ya llevamos 2 años de noviazgo, pero la conexión que hay entre nosotros es insuperable. Eres el hombre de mi vida, si estamos trabajando hablamos durante la comida, cuando me vienes a buscar, al salir del cine, al llegar a casa e incluso cuando salgo a despedirte porque ya te vas, hablamos unos 10 minutos más, sabiendo que mañana te volveré a ver. ¡Me gustan esos momentos!

Sin embargo, hay cosas que no puedo expresarte en persona. Aún me sonrojo y me pongo muy nerviosa, como si fuera la primera vez. Creas una sensación en mi que es indescriptible. Por ello te escribo esta carta, a ti, mi Josué.

Jamás olvidaré cuando nos conocimos en esa reunión hace casi tres años atrás. Era un miércoles 14 de marzo. Un día difícil para mí porque había discutido con mi padre. Ya sabes como es él de estricto, pero es un buen padre y ama a mi madre y a mis hermanos. Y allí estabas tú. Camisa blanca, pantalón beige y corbata azúl. ¡Me encanta ese outfit!

Estaba con mis amigas sentada junto a la ventana. Ellas hablaban de su relación con sus novios y yo solo reía y escuchaba. Aunque te confieso algo, en realidad fingía. ¿Sabes por qué? Por tu sonrisa. A cada persona que saludabas, lo hacías. ¡La sonrisa que me atrapa todos los días!

Ese día María te llamó como mil veces para que la ayudaras en su escritorio. Al principio pensé que lo hacía porque eras el nuevo, pero luego entendí que ya te conocía y que eras un hombre amable y bueno. Ahora que soy tu novia lo veo de cerca. Una cualidad que amo de ti amor mío.

De repente llegaste a mi. Saludaste a mis amigas, Amanda, Zahiry, Valeria y Angélica. Para serte sincera, y siempre lo soy contigo cariño, nunca pensé que yo te gustaría. Mis amigas es lo que llama la atención de mí por lo bonitas que son. Sin embargo, tu sonrisa, tu hermosa sonrisa fue para mí.

Me decía a mi misma «por favor Andrea, sabes que es tu mente no te hagas ilusiones». Y me agrada saber que no era una ilusión. No era fácil verme con un chico como tú a mi lado. Soy una mujer con lentes, un poco delgada, cabello rubio y con dificultad para caminar. Por eso me pregunto ¿Es un sueño? ¿Josué de verdad es mi novio? Y con lágrimas, escribiendo esto carta veo que no, no lo es. ¡Eres mío!

Cada día que pasaba notaba que al levantarte de tu escritorio y caminabas por el pasillo, tu mirada se cruzaba con la mía y allí estaba, tu sonrisa otra vez. ¿Cómo haces para que sea tan perfecta? Y sin darme cuenta ya hablábamos. ¡Que difícil era despedirme de ti después del trabajo! Y aunque ya somos novios aún lo es. Por eso te digo siempre ¿Me regalas otro abrazo? ¡Gracias por eso!

Seis meses después, en ese cierre de proyecto un 17 de septiembre, ví que te paraste de tu mesa y te dirigías hacia mi y dijiste ¿Bailamos? ¡Tendré cuidado lo prometo! Y sin dudar dije que si. Quiero que sepas que esa fue la única vez que no preste atención a lo que me decías. Solo me dejaba llevar por la situación. No sé si fueron 10 o 20 minutos de baile, perdí la noción del tiempo. Mis manos sudaban y me avergonzaba porque tú lo sentías en tus manos y me decías «no importa, tranquila». Sin duda eres mi chico genial.

Luego pasó lo que jamás pensé. No sé cómo lo hiciste, si usaste a otra persona o si fuiste tu mismo, pero había una carta en mi bolso. Sobre blanco, con lazo rojo y un corazón bordado. Si, es cierto, nunca me habían dado una, pero amo su contenido. Todavía la guardo con mucho cariño.

Lloré, leí de nuevo y si, volví a llorar. Esa misma noche me llamaste. Sé que estabas un poco nervioso por la hora. Te dije que me habías despertado. Hoy te enteras de que mentí. No podía dormir. Yo soñaba con una llamada tuya. Así que me alegra que lo hicieras. Para otros puede ser desespero, para mí es amor verdadero.

Allí nació nuestra relación, porque el amor que siento por ti ya había crecido. Si me dolió cuando te cambiaron de la oficina. Fue duro para mí. Sin embargo, nuestras conversaciones cada día continuaban y eso me daba paz.

¿Sabes? Para mí siempre estás allí. Cierro mis ojos y te veo caminar por el pasillo, sonreírme, y seguro que sabes como te imagino vestido: Camisa blanca, pantalón beige y corbata azúl. ¡De verdad me derrite verte con una corbata azúl!

Cada vez que lo pienso entiendo que yo no te quiero, yo «te amo Josué». Te amo con todo mi corazón. Y te doy las gracias por estar allí, a mi lado, por amarme con locura, por ser mi amigo, mi confidente, mi novio y ahora con esta sortija, mi futuro esposo.

No creo que pueda decirte cada uno de estos detalles en persona. Tú haces que me ponga muy nerviosa. Sé que me entiendes.

Hoy 17 de septiembre, cumpliendo 2 años de novios y que en unos minutos nos veremos y hablaremos quería darte este regalo. Me dije «Andrea, nunca le respondiste la carta a Josué». Hoy lo hago amor mío.

Para culminar, responderé la pregunta que me hiciste anoche antes de irte. Tu pregunta fué ¿Crees que serás felíz a mi lado? Y sin dudarlo te digo «ya lo soy».

Cuánto tiempo nos queda en este mundo es algo que no sé. Estando a tu lado ya sabes que pierdo la noción del tiempo. Pero recordaré nuestros momentos siempre con mi hermosa carta roja, tu hermosa sonrisa y tú vestido con una camisa blanca, pantalón beige y corbata azúl.

Para siempre tuya: Andrea.

Adorada Alicia:

Buen y maravilloso día mi cielo. No olvidaré la primera vez que te vi, ese recuerdo lo llevaré guardado en mi mente y en mi corazón toda la vida. Nunca imaginé, que en la fiesta de cumpleaños que le hicieron a mi sobrinita Mercedes, cuando cumplió 5 años de edad, iba a conocer al amor de mi vida.  

No sé si fue por pura casualidad o por un mandato del destino que miré hacia la puerta de entrada en el momento en que llegabas con tu tía y con su hijo más pequeño. Quedé impactado, no te lo puedo negar. Eras la chica más linda que había llegado a ese lugar. Te miré y seguí con la mirada hasta que te sentaste, y lo hiciste no muy lejos de mí. Mi corazón palpitó con fuerza y una oleada de nervios recorrió mi cuerpo de pies a cabeza.

Por fortuna, logré dominar el cuerpo para tranquilizarme, y así pude esperar la mejor oportunidad para acercarme y montar esa conversación que te hizo reír, donde puse lo mejor de mí para conquistarte.

Han transcurrido dos años desde ese día y es difícil de creer. Esa chica que me impactó y que fue mi centro de atracción en la fiestecita de una niña de 5 años, que celebraba su cumpleaños, es mi esposa hoy día.

Amada Alicia, eres un ángel que se posó en mi vida para quedarse y hacerme feliz. Tu amor me llena y me satisface. Al salir de casa para ir trabajar, siento que algo dejo atrás. Mi alma se sale de mi cuerpo y me reclama por abandonarte, pero el deber me llama, y tú lo entiendes.

Lamento enormemente que los planes que hicimos para celebrar nuestro aniversario no se cumplieran. Hubiese sido fantástico pasar este día mirando el reflejo de la luna y las estrellas en las diáfanas aguas de la laguna azul, saboreando un buen vino tinto francés, juntos tomados de las manos y recostados sobre la alfombra verde de la campiña.

Ya que lo planificado no fue posible, mi amada Alicia, quiero decirte una y otra vez que mi amor por ti no tiene límites. Me mueve la ansiedad para regresar a casa, estar de nuevo contigo y fundirnos en el más apasionado de los besos.

El amor fundirá nuestras vidas en una sola, te lo dice alguien que te ama con todo su corazón.

Kevin.  

Kevin, mi sol amado:

Me sorprendes con la carta que me enviaste, es maravillosa, aunque sé que tratándose de ti, puedo esperar muchas cosas hermosas. Recuerdo perfectamente ese día que nos conocimos, sentí tu mirada desde el instante que llegué a casa de tu hermana. Algo me decía que mi vida cambiaría por completo.

Y eso ocurrió desde que te acercaste a mí, tomando del piso los caramelos de la piñata que rodaron hasta mis pies, y con galantería me los diste. Te sentí tan diferente a los demás, que nunca he creído que haya alguien parecido a ti. Creo que no me equivoco, esa manera de ser que tienes fue lo que más me cautivó.

Como lo dices en tu carta, ya han pasado dos años desde ese día que nunca olvidaré. Me parecía fabulosa esa manera romántica que escogiste para celebrarlo, solos tu y yo, en la orilla de una laguna, deleitándonos con el reflejo de la luna y las estrellas en el agua cristalina. Da tristeza que no haya sucedido, pero eso no cambia nada. Nuestro amor seguirá siendo el mismo o, quizás, crecerá mucho más.

Conoces lo comprensiva que soy, entiendo lo importante de tu trabajo y lo responsable que eres para cumplir con él. Sabré esperar un momento oportuno para que juntos celebremos ese día tan  memorable. Vendrán otros mejores, en los que recibiremos con alegría a nuestros hijos, con los que compartiremos este amor tan inmenso. 

Por los momentos, vivamos nuestras vidas de acuerdo a las posibilidades que tenemos para estar juntos, con paciencia y con sabiduría, preparándonos para ese mañana que el destino nos tiene guardado.

Mi querido Kevin, conoces cuanto te amo, y estoy agradecida por la felicidad que le has agregado a mi vida. Contigo he pasado momentos inolvidables que no olvidaré. Sé que lo que nos distancia en estos momentos es motivado a tu trabajo, y eso es algo temporal, no siempre es así. Esperaré con paciencia a tu regreso y aquí estaré para seguir siendo tuya.

Me despido con un beso, tu amada:

Alicia

Apreciado Oliver:

Después de tres años te he vuelto a encontrar. Ese momento casual que tuvimos para vernos frente a frente, sirvió para saldar viejas culpas. Me refiero a las mías, y no a las tuyas, porque tu no tuviste ninguna. Estoy consciente de los errores que cometí, fui egoísta y vanidosa, me enceguecí con el gran amor que llegué a sentir por ti, y del que aún quedan vestigios.

Llegué a pensar que nunca te perdería, me sentía segura de lo que tenía y no me di cuenta del error que cometía. Obvié que eres un hombre inteligente, y que no te dejarías dominar con el maltrato que yo te daba, a pesar de lo mucho que me amabas.

No es de ahora, sino de hace dos años, que me di cuenta de mi equivocación, la que he pagado con creces con solo el hecho de haberte perdido. El día de nuestro encuentro casual vi tu nuevo email en una de las carpetas que tenías, lo memoricé porque de algún modo tenía que llegar a ti otra vez, porque sé que no eres fan de las redes sociales. 

Preferiría hablarte en la cara frente a frente, pero no sé si llegue a tener otro encuentro contigo. Solo si me permites una oportunidad de redimirme, podré hacerlo. Prometo que no suplicaré perdón y tampoco pediré que regresemos como si nada hubiera pasado.

Estás en tu derecho de odiarme, sé que hice mal en salir con otros amigos solo por el hecho de hacerte sentir celos o humillarte ante personas extrañas para demostrar mi ego. Me arrepiento de todo mi mal comportamiento, tu no lo merecías y nuestro amor tampoco. Puede ser que lleves una vida plena con otra pareja que valga la pena y que te adore como lo hice yo.  

Solo deseo que me permitas una oportunidad para pedirte perdón en persona, yo sé que eso no cambiará las cosas, pero verás el tamaño de mi arrepentimiento.

Esperaré que me respondas con una fecha, una hora y un lugar para nuestro próximo encuentro, el que no debe ser por la casualidad del destino, sino por el amor que nos tuvimos.

 De una chica arrepentida que todavía te ama.

Jhoana

Querido Robert:

Sé que debes estar lleno de felicidad, y la comparto contigo. Eres un hombre  increíble, tienes cualidades que muy pocos tienen y esa será la base de tus éxitos. Enhorabuena alcanzaste este título al que dedicaste horas de estudio, con responsabilidad te distanciaste de las diversiones, y llevaste a lo mínimo el contacto con familiares. 

Este amor me obliga a tener paciencia, y tu promesa de casarte conmigo después de lograr este título me dio la confianza para esperar. Sin embargo, los chismes y cuentos llegaban sin andarlos buscando, me decían tus pasos y hasta con quien te reunías. Lo que me preocupaba es que siempre era con mujeres y el nombre de una se repetía con frecuencia. 

Decidí no darle importancia a esas habladurías, porque a lo mejor eran producto de la envidia a nuestro amor que es verdadero. La confianza siempre nos mantendrá unidos por siempre, y luego de que nos casemos no existirán motivos que destruyan nuestra felicidad.

Cambiando el tema, mi vida, anduve por las tiendas buscando el vestido de novia para nuestra boda; encontré uno espectacular. Aunque estaba pensando en mandarlo a diseñar con una modista, considero que se demoraría demasiado. Nos falta fijar una fecha, no te quiero presionar, pero es bueno tenerla para ir planificando todo, tú sabes como soy yo de organizada.

Desde que pediste mi mano para ser tu novia, varias veces he soñado con ese día, y cuando te lo cuento noto un gran entusiasmo de tu parte, eso me ilusiona aún más.

Este fin de semana iré otra vez a las tiendas para ver otros modelos de vestidos, quizás te guste acompañarme. Si lo decides, me hace una llamada, me encantaría andar contigo.  Por los momentos, te deseo lo mejor, te amo como nunca, besos mi amor.

Quien te ama.

Ivanna